El membrillero es un pequeño árbol que puede llegar a alcanzar entre 3 y 5 metros de alto, muy ramificado. Su corteza es grisácea. Sus hojas son caducas, de color verde oscuro por la cara superior y ceniciento y algodonoso por el envés. Las flores son solitarias de color blanco o rosado. Su fruto es el membrillo, de color amarillo intenso cuando está maduro.
Originario de la zona transcaucásica y del Mediterráneo oriental, cultivado desde tiempos inmemoriales en huertos y jardines, razón por la cual se encuentra asilvestrado en muchas regiones templadas.
Posee grandes virtudes medicinales, sobre todo el fruto y las semillas, que a continuación vamos a detallar.
Fotografías de José Romero.
Como más conocida es la fruta es por el dulce que se prepara con ella (dulce de membrillo). Aquí les damos una receta tal como la preparaba mi abuela. Se pelan unos membrillos y se ponen a cocer con agua. Cuando están cocidos se tritura la pulpa con un tenedor, se desechan las semillas, solo la pulpa cocida. Se pesa y se echa en una cazuela de barro. Le añadimos el mismo peso de azúcar y unas ramitas de canela. Se va removiendo a fuego lento hasta que esté todo bien mezclado y el azúcar se haya disuelto, formándose una crema espesa. Luego se reparte el dulce en bandejas o platos que guardaremos en lo alto de un armario o en una tabla cubierto todo con una tela para que no le caiga polvo. En pocos días se va secando y solidificando, y ya está listo para comer.
Este dulce, por las propiedades astringentes de la fruta, es un remedio ideal para las diarreas, sobre todo de los niños.
También como antidiarreico podemos elaborar un vino medicinal para personas débiles y ancianas. Para ello pondremos el fruto troceado a macerar en vino de buena calidad. Al cabo de unos días de maceración (una semana) ya podemos tomar 50 ml. dos o tres veces al día.
Las semillas contienen mucílago, un buen espesante para preparar jarabes y cremas. Pondremos en un vaso una cucharada de café de semillas enteras (nunca machacadas), lo llenaremos de agua y lo dejaremos macerar varias horas en frío. Con esta maceración podremos preparar un jarabe para el sistema respiratorio y el sistema digestivo, añadiendo azúcar a gusto y removiendo a fuego lento hasta su disolución. También podemos utilizar la maceración por vía externa para tratar quemaduras, úlceras cutáneas e irritaciones de la piel. Las semillas las desecharemos.
También podemos preparar otro jarabe digestivo y respiratorio con el fruto. Preparación: En una liquadora pondremos los trozos de fruta y sacaremos su jugo, al que le añadiremos el azúcar equivalente a la mitad del peso del jugo. Lo pondremos a hervir y lo dejaremos que se reduzca una cuarta parte. Y ya tenemos otro jarabe para tomar a cucharadas cuando sea necesario (resfriados, faringitis, bronquitis, etc.).
SINONIMIAS:
Francés: Cognassier.
Inglés: Apple-shaped.
Alemán: Germeine Quitte.
Holandés: Kweepeer.
¡La de aplicaciones que tiene el membrillo! Yo tengo uno, pero está arbustivo y apenas da un fruto o dos por temporada, este año no creo que de ninguno porque ha habido mucha sequía.
ResponderEliminarEs genial saber poder hacer ese jarabe con los frutos para los primeros resfriados del otoño.
Como siempre, es un placer aprender de tus consejos, José.
Un abrazo enorme.
Hola Montse. Las aplicaciones que aconsejo son las que siempre se han usado a nivel popular en pueblos pequeños que a veces carecían de médico.
EliminarUn abrazo.